A sus 33 años, Jimmy Butler se ganó una nueva e inesperada oportunidad de pelear por su ansiado anillo de la NBA liderando, hazaña tras hazaña, a sus Miami Heat en unos playoffs portentosos.
El escolta, que superó una dura infancia en la que fue echado de casa a los 13 años, enfrentará a partir del jueves a los temibles Denver Nuggets de Nikola Jokic en las segundas Finales de su carrera.
Cargando siempre con la etiqueta de jugador problemático, Butler no logró sacudirse las dudas de si tenía madera de estrella hasta que lideró a los Heat a un primer viaje a las Finales en 2020, cuando cayeron ante los Lakers de LeBron James.
Durante sus 12 años de carrera tuvo que empezar de cero muchas veces pero ninguna de sus resurrecciones ha sido tan espectacular como la de estos playoffs.
Tras una frustrante fase regular, los Heat apenas se subieron a la postemporada en el último tren del repechaje (‘play in’) como octavo sembrado de la Conferencia Este.
Con el favoritismo siempre del lado del rival, Miami asombró a la NBA al eliminar primero a los Milwaukee Bucks de Giannis Antetokoummpo, el primer sembrado, con una actuación de época de Butler (37 puntos de media) y luego a los New York Knicks, el quinto.
En la final del Este llegó la hora de la revancha por la derrota encajada el año pasado ante los Celtics en el séptimo partido.
«Volveremos a estar en la misma situación y lo conseguiremos», auguró en aquella ocasión Butler, y la noche del lunes cumplió su palabra.
Sobre la emblemática pista del TD Garden de Boston, Miami tumbó a unos Celtics que habían ganado los últimos tres partidos y acariciaban una remontada sin precedentes en la NBA.
El contundente triunfo (103-84), del que fue máximo anotador con 28 puntos, fue la enésima confirmación del carácter a prueba de balas de un jugador programado para luchar contra la adversidad.
«Simplemente, tengo confianza. Conozco el trabajo que todos hemos hecho y sé de lo que somos capaces», subrayó el lunes. «Pero nadie está satisfecho, no hemos hecho nada. No jugamos solo para ganar la conferencia sino para ganarlo todo».
Un camino tortuoso
Para Butler, el anillo de la NBA sería la coronación deportiva a una vida plagada de obstáculos.
Su padre abandonó a su familia cuando él era un bebé y su madre lo echó a los 13 años de su casa en Tomball, un suburbio de Houston. «No me gusta tu aspecto. Te tienes que ir», fueron las palabras de despedida de su madre, según relató Butler a ESPN.
Durante años fue un nómada, durmiendo unas cuantas semanas en el sofá de un amigo y luego en el de otro.
En el instituto encontró finalmente un domicilio permanente al ser acogido por la familia de un amigo, Jordan Leslie, un talentoso deportista que llegaría a jugar en la liga de football americano (NFL).
Con una vida familiar más estable, Butler pudo concentrarse en el deporte y, aunque no era considerado una promesa a nivel nacional, consiguió una beca de la universidad de Marquette en Wisconsin.
Seleccionado por los Bulls en un lejano puesto 30 del Draft de 2011, Butler se hizo un nombre en la liga en Chicago y fue llamado para el primero de sus seis All-Stars (Juego de las Estrellas).
Tras seis temporadas sin alcanzar una final de conferencia, el escolta fue traspasado a los Minnesota Timberwolves en 2017, donde solo estuvo una campaña entre tensiones con la estrella del equipo, Karl Anthony-Towns.
En 2018 fue enviado a los Philadelphia 76ers, donde se esperaba que su empuje y experiencia encajaran a la perfección en un equipo emergente liderado por los jóvenes Joel Embiid y Ben Simmons.
Sin embargo, volvieron a haber problemas de química y Butler tuvo que hacer de nuevo las maletas.
«Un matrimonio increíble»
En 2019, el mítico Pat Riley se hizo con sus servicios para sus Heat, donde Butler encontró por fin un hogar deportivo. En solo un año estaba ya pugnando contra los Lakers en las Finales celebradas a puerta cerrada en Disney World.
Aquellos playoffs fueron su consagración como figura de la liga pero, ya entrada la treintena de años, para muchos era también su última oportunidad para alcanzar la cima. Un año después los Heat fueron barridos 4-0 por los Bucks en la primera ronda y en 2022 los Celtics los tumbaron a una victoria de las Finales.
Sin grandes fichajes que lo apoyaran, Butler dejó salir de nuevo su frustración este año cuando su equipo navegaba sin rumbo, incluida una monumental bronca con el técnico Erik Spoelstra en pleno partido el pasado febrero.
«No quiero que Jimmy se disculpe nunca por quién es y por cómo afronta la competición», dijo Spoelstra la noche del lunes tras fundirse en un emotivo abrazo con su estrella en Boston. «Es intenso. No es para todo el mundo, y nosotros no somos para todo el mundo. Por eso pensamos que esto es un matrimonio increíble».