La capital de Argentina, Buenos Aires, se sumó este sábado a la despedida mundial del papa Francisco con una jornada de actividades encabezadas por el arzobispo Jorge García Cuerva, que reunió a cientos de fieles, autoridades y delegaciones diplomáticas en la Catedral Metropolitana.
Desde poco después de las 10:00 de la mañana, se celebró una misa exequial en honor al pontífice, fallecido el lunes pasado a los 88 años. El acto contó con la presencia de 300 sacerdotes, el nuncio apostólico en Argentina, funcionarios de todo el país y más de 70 delegaciones diplomáticas.
En su emotivo discurso, García Cuerva expresó el sentimiento de pérdida:
“Lloramos porque se murió el padre de todos, porque sentimos en el corazón su ausencia física, porque nos sentimos huérfanos, porque no terminamos de dimensionar su liderazgo mundial, porque ya lo extrañamos mucho”, dijo.
El arzobispo recordó las palabras del propio Francisco:
“Al mundo de hoy le falta llorar. Lloran los marginados, aquellos dejados de lado, los despreciados. Pero aquellos que llevamos una vida sin necesidades no sabemos llorar (…) Hoy lloramos a Francisco, con el dolor que nos une como pueblo”.
Finalizada la misa, los presentes realizaron un recorrido simbólico alrededor de la Plaza de Mayo en homenaje al Papa. A las 12:00, se llevó a cabo un almuerzo comunitario bajo el lema “Compartimos la mesa”, y a las 13:30 inició la peregrinación titulada “Pacto de amor a Francisco: recorrido por los lugares del dolor”.
García Cuerva invitó a transformar el homenaje en un compromiso social:
“Como pueblo queremos darle a Francisco un gran abrazo y decirle gracias, perdón, te queremos mucho. Hagámosle el mejor de los regalos al Papa, comprometiéndonos a vivir la tan anhelada fraternidad entre los argentinos”, afirmó.
La Arquidiócesis de Buenos Aires organizó la jornada en simultáneo con el funeral oficial celebrado en el Vaticano, donde también se despidió al pontífice ante una multitud. Desde la madrugada, la Plaza de Mayo estuvo vallada y la avenida Rivadavia fue cerrada para facilitar el acceso de autoridades y fieles.
Peregrinación por los lugares que marcaron su ministerio
El homenaje incluyó un recorrido por seis sitios emblemáticos donde Jorge Bergoglio dejó su huella como sacerdote y arzobispo de Buenos Aires:
- Casa Mamá Antula (Avenida Independencia 1190, Monserrat)
- Plaza Constitución (Avenida Garay y Lima)
- Hospital Borda y hospitales Tobar y Rawson (Dr. Ramón Carrillo 375, Barracas)
- Unidad penitenciaria del Hospital Muñiz (Uspallata 2272, Barracas)
- Hogar de Cristo San Alberto Hurtado (Monteagudo 862, Parque Patricios)
- Parroquia Virgen de Caacupé (Osvaldo Cruz 3470, Villa Lugano)
El recorrido fue abierto a toda la comunidad, sin actos protocolares ni discursos, y estuvo acompañado por voluntarios, parroquias, movimientos pastorales y fieles, buscando resignificar el paso del Papa Francisco por los espacios donde ejerció su misión pastoral en la ciudad.