GUAYAQUIL.- Las 36 cabinas de la noria-mirador ‘La Perla’, la primera de Ecuador y la más grande de Latinoamérica, dejaron de girar vacías, como ocurrió el fatídico 9 de enero y este martes, siete días después, empiezan a llenarse como muestra de que Guayaquil poco a poco despierta de la pesadilla que vivió hace una semana.
Esta estructura, de 57 metros de altura, situada sobre el extremo norte del Malecón 2000, en una plataforma sobre el río Guayas, es un icono para esta ciudad que ese día vio morir a al menos ocho de sus ciudadanos y a una treintena de trabajadores del canal TC Televisión tomados como rehenes por la banda criminal ‘Los Tiguerones’, además de saqueos e intentos de secuestro que aterrorizaron a la gente en calles, comercios y oficinas.
En la ciudad portuaria de Guayaquil, considerada el eje económico de Ecuador, las actividades económicas colapsaron.
«En promedio, a nivel nacional se dejaron de vender 317 millones de dólares diarios a causa de la inseguridad que se vivió la semana anterior», indicó a la agencia EFE la Cámara de Comercio de Guayaquil.
De esa cifra, las pérdidas fueron de «alrededor de 135 millones de dólares diarios exclusivamente en Guayaquil», por lo que «esta semana, tras el accionar de las Fuerzas Armadas en contra de la delincuencia, esperamos que la actividad económica retome cierto grado de normalidad», precisó la entidad.
Comercio y turismo se reactivan
En la avenida Malecón Simón Bolívar, a la altura del edificio en el que el presidente de Ecuador, Daniel Noboa, tiene una de sus residencias, los chefs y meseros de los restaurantes esperan ansiosos a los comensales.