A pesar de que en junio de 2020 el Instituto de Innovación en Biotecnología e Industria (IIBI) recibió un donativo de un espectómetro de masas y un cromatógrafo de gases, valorados en 17.5 millones de pesos, la institución no ha desarrollado un método de análisis que permita certificar la presencia de fentanilo en una sustancia química.
«No contamos con los insumos, reactivos ni la tecnología montada. No se ha preparado el entrenamiento al personal. No damos ese servicio (detección de fentanilo) porque no lo habían solicitado», explicó la encargada del área de Cromatografía del IIBI, Juana Belén.
La experta en química especificó que el cromatógrafo es solo un método de separación. Luego de esa separación, la sustancia debe someterse a un proceso de detección, donde sí podría utilizarse el espectómetro isotópico de masas, que mide los diferentes pesos atómicos de los elementos, permitiendo una diferenciación entre una sustancia y otra.
Alda Díaz, encargada de investigación, detalló que no es un paso tan simple como colocar la sustancia en los equipos y descomponerlas en moléculas, ya que, como nunca se ha trabajado en la detección de fentanilo, se considera como un compuesto nuevo para el que no existe documentación previa.
«Si no tengo registro de cómo analizar, tengo que hacer ese método. No se puede decir si el equipo está, o no, si no hay un método analítico. Entonces, estudio los equipos que puedo utilizar para que ese método funcione (UV, masa o cromatógrafo)», dijo Díaz.
«Hay que ver cómo se ha hecho en Estados Unidos y Europa, ver cuáles equipos tenemos aquí, monto el laboratorio, chequeo el método de análisis, chequeo mi eficiencia. Es una investigación completa porque uno nunca lo ha tenido», recalcó la investigadora y docente universitaria.
Para que el IIBI desarrolle el método de detección de fentanilo, Díaz aclara que se necesita «un fondo de investigación del producto y se abre como servicio para Salud Pública«.
«Está bien que en el principio se mande afuera, pero tiene que haber siempre la probabilidad de que lo podamos hacer nosotros. Aquí hay espacios para investigaciones y personal. Solo hay que abrir un fondo intencional para eso», comentó la científica.
Con relación al fondo, precisó que siempre se trata de cifras millonarias, dependiendo de los recursos previos con los que se cuenta.
«Si falta poco, va a ser más barato. Si falta mucho, será más costoso, pero, no tendremos que enviar a Estados Unidos nunca más«, destacó.